jueves, 27 de julio de 1989

LA CASA-MUSEO DE SALVADOR DALÍ EN PORT LLIGAT

Al fondo de la bahía de Cadaqués se eleva el angosto entramado de callejuelas empedradas y casas blancas que configura su casco histórico. Sobre el perfil de la villa destaca la imagen de la iglesia de Santa María, que alberga un magnífico retablo de estilo barroco. Por su parte, la arquitectura modernista ha dejado su peculiar impronta en algunas de los edificios más notables de la ciudad, como la Casa Serinyena.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la localidad se convirtió en un importante foco cultural europeo. Numerosos artistas vanguardistas, entre ellos Picasso, Chagall o Klein, encontraron en este hermoso rincón gerundense su particular fuente de inspiración.
Sin embargo, fue Salvador Dalí quien dio a Cadaqués fama internacional, ya que en esta localidad pasó largas temporadas el genial pintor durante su infancia, además de establecer en ella su residencia. Su casa-museo, ubicada frente a la bahía de Port Lligat, al norte de la población, permite conocer parte de la prolija obra del maestro del Surrealismo.
La gran oferta cultural con que cuenta Cadaqués pasa por sus numerosos museos y galerías de arte, como el Museo Municipal de Arte, que expone obras de artistas que mantuvieron un estrecho vínculo con Cadaqués, o el Museo Perrot-Moore, que reúne obras de arte gráfico europeo, sin olvidar el ya tradicional Festival Internacional de Música, que se celebra anualmente en la iglesia de Santa María.
-LA CASA-MUSEO SALVADOR DALÍ EN PORT LLIGAT:
En enero de 1998 la casa y su entorno fueron declarados Bien Cultural de Interés Nacional por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña. Dadas las características del edificio y para garantizar la calidad de la visita, se estableció un sistema de turnos para grupos reducidos, que pueden acceder a la casa-museo cada 10 minutos. En el mismo sentido, también se recomienda hacer una reserva previa para concertar el día y la hora de la visita. La visita a Port Lligat es recomendable para todo el que quiera conocer bien el universo del pintor. La casa-museo está situada en la bahía, al norte de la localidad de Cadaqués, donde nació el padre del pintor y donde él había pasado largas temporadas durante su infancia y juventud. Además de la casa, el visitante se hallará con otro elemento de interés: el paisaje que la envuelve, un paisaje al que Dalí estuvo asociado desde niño y que recuerda en sus sueños. La particular geología del Cabo de Creus fue una fuente de inspiración fantástica para el pintor. La edificación de Port Lligat es una obra más de Salvador Dalí, en su busqueda de aislamiento y paz para pintar. Fue su única residencia estable. Gala y Salvador Dalí se establecieron en Port Lligat durante la primavera de 1930, en una sencilla barraca de pescadores. En el año 1930 Port Lligat era un incipiente poblado con una veintena de barracas, alineadas a uno y otro lado de un pequeño riachuelo, un lugar apartado y solitario. Desde el primer momento, el color verde y gris del paisaje y de los olivos, las primitivas construcciones rurales, la costa rocosa y el agua de la pequeña bahía se convirtieron en elementos habituales en las pinturas que realizó Dalí. En 1932 la casa estaba formada por dos barracas y un pequeño anexo. En 1935 los Dalí ya hicieron la primera remodelación y ampliación importante. Cuando Gala y Salvador Dalí regresaron de Estados Unidos en el verano de 1948, tras doce años de ausencia, tomaron la decisión de convertir definitivamente Port Lligat en lugar de residencia. Dalí necesitaba un espacio para trabajar, pero también para ordenar y acumular todo lo que la vida nómada de aquellos años no le permitía guardar. A partir de entonces la casa creció constantemente, con nuevas construcciones y añadiendo nuevas barracas, para adaptarse a las nuevas necesidades de Dalí, sobre todo para estructurar un espacio de trabajo preparado para el formato y la complejidad de la tarea del pintor. Se construyeron el estudio, la biblioteca, el dormitorio y, durante los años 60, se edificaron la sala oval, el patio, el comedor de verano y la piscina, que fue completada en el verano de 1971. En el estudio de la casa de Port Lligat Salvador Dalí realizó obras como las dos versiones de la Madonna de Port Lligat (1949 y 1950), El Cristo de San Juan de la Cruz (1951), La última cena (1955), El descubrimiento de América por Cristóbal Colón (1958-59), La batalla de Tetuán (1962), La Apoteosis del dólar (1965), La pesca del atún (1966-67) y El torero alucinógeno (1969-70), entre otras, muchas de las cuales son de grandes dimensiones. El resultado de las sucesivas ampliaciones y modificaciones es una estructura laberíntica que, a partir de un punto de origen, la entrada, se dispersa y se retuerce en una sucesión de pequeños espacios singulares encadenados por pasos estrechos, pequeños desniveles y recorridos sin salida. Estos espacios están decorados con recursos que los convierten en ambientes cálidos: alfombras, cal, flores secas, tapices, muebles antiguos, animales disecados, y acogen una gran dispersión de objetos de valor muy desigual pero que por su acumulación contribuyen a definir el tono mágico del conjunto. Todos estos espacios tienen aberturas, de formas y proporciones diferentes, que enmarcan el mismo paisaje omnipresente, la bahía de Port Lligat. La rehabilitación se hizo, durante dos años y medio, con la intención de mostrar a los visitantes el conjunto del espacio donde durante tantos años transcurrió la existencia de Salvador Dalí y su esposa Gala. En la casa hay tres tipos de espacios. Un primer grupo corresponde a la vida íntima de los Dalí: el recibidor, el comedor, la biblioteca, el dormitorio y las salas de estar. Estos espacios -de orden y pulcritud obsesiva- se han delimitado con una barrera ligeramente curvada, para canalizar las visitas, proteger los objetos más delicados. Un segundo grupo es el conjunto de los ámbitos de trabajo de Salvador Dalí, el taller y la llamada sala de los modelos, que acumulan objetos muy diversos y siempre relacionados con la actividad artística. Estos espacios se trataron restringiendo mucho el acceso para poder contemplar desde una cierta distancia la acumulación menos ordenada. Un tercer grupo corresponde a los espacios más pensados para la representación y actuación pública, el comedor de verano, el patio y la piscina. En la restauración, estos espacios se recrearon con todos sus detalles, ya que estaban muy deteriorados por encontrarse al aire libre y para recuperar el ambiente escenográfico que tenía en los años 60 y 70. También se hizo una intervención importante en el olivar y los espacios exteriores, reconstruyendo los muros de piedra seca, recuperando las pequeñas construcciones e instalaciones escultóricas realizadas por Dalí-en especial el Cristo de los escombros (1970) y la barca instalada alrededor del ciprés, que se ha convertido en el símbolo de la casa-museo.

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