sábado, 12 de agosto de 2006

FIN DE SEMANA EN PEÑISCOLA

El Castillo de Peñíscola es una fortaleza que ocupa la zona más elevada del peñón. Los Templarios edificaron esta obra románica sobre restos de la antigua fortificación árabe entre 1294 y 1307. Su época más importante fue cuando sirvió de refugio a D. Pedro Martínez de Luna, el Papa Luna, Benedicto XIII. Durante su estancia, realizó algunas reformas y transformó este Castillo en Palacio Papal.
Las reformas realizadas por Felipe II en la fortaleza y los bombardeos sufridos en las numerosas guerras no alteraron el Castillo, que fue declarado Monumento Histórico artístico Nacional en 1931. En 1957, por orden ministerial, se cedió su gestión a la Diputación de Castellón.
La nave es de planta rectangular con bóveda de cañón algo apuntada y casquete esférico sobre el ábside. Entre sus dependencias destacan el salón del trono, el salón del cónclave, el estudio con ventanas al mar y las habitaciones pontificias.
Los muros son de piedra labrada y todas las dependencias se cubren con bóvedas de cañón. Destaca la sobriedad y solidez de su construcción, tanto en las estancias templarias como en las estratégicas dependencias pontificias que más tarde realizaría Benedicto XIII, como la de instalar una de las mejores bibliotecas del mundo.
Situado en los alrededores del Castillo, el Parque de artillería es una zona rodeada de palmeras y jardines. En nuestro recorrido visitamos las bóvedas, donde antiguamente se situaban las piezas de artillería, y los edificios donde se guardaba la pólvora y las municiones. Sólo admiten visitas en los meses de verano.
Junto al Castillo está el Santuario de la Mare de Déu d'Ermitana que alberga la imagen de la patrona de la ciudad. Su estilo es barroco valenciano y fue edificado por el gobernador D. Sancho de Echevarría en el siglo XVIII.
El Museo de la Mar se encuentra en el antiguo edificio Les Costures, sobre el Baluarte del Príncipe, rindiendo homenaje a las gentes de Peñíscola por su tradición marinera. Está distribuido en áreas temáticas como historia, pesca y fauna, reflejándonos el ayer y hoy de esta ciudad de navegantes y su gran relación con el mar.
La exposición permanente del Museo de la Mar está compuesta por maquetas de naves, documentos gráficos, medios audiovisuales y tres acuarios con especies marinas mediterráneas.
Sus anclas, ánforas, cascos de bronce, maquetas de navíos, etc, nos ayudan a comprender la historia y la evolución de este enclave privilegiado por el que pasaron fenicios, griegos, romanos, cartagineses, bizantinos y árabes.
La Iglesia Parroquial de la Virgen del Socorro es de tracería gótica y portada románica. Fue reformada tras un incendio en el siglo XV. Conserva un tesoro de extraordinario valor histórico-artístico formado por parte de las joyas que pertenecían al Papa Luna.
Las murallas de la ciudad fueron construidas por el italiano Juan Bautista Antonelli, el más importante arquitecto ingeniero militar de la zona.
El Bufador es una gran grieta situada entre las rocas. En los días de fuerte temporal el mar la utiliza para respirar un poco.
-GASTRONOMÍA:
En la cocina peñiscolana destacan los all-i-pebre de rape o pulpitos, el suquet de peix o remescló, así como los mariscos, dátiles de mar, cañadillas, mejillones, caixetes, cigalas, etc... y los diferentes arroces en sus variedades marineras, la paella y la fideuá.

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