El mayor atractivo de Andorra es el Valle del Madriu, patrimonio mundial de la Unesco, hay una ruta para visitar las iglesia
s románicas, y también hay muchos hoteles con centros wellness, ya que además de los ríos y lagos que nacen en el país hay fuentes termales. -EL ROMÁNICO EN ANDORRA:
En Andorra hay más de 50 monumentos románicos catalogados. Debido al 
aislamiento y a la falta de conflictos en la historia del país, las construcciones se han conservado muy bien. Su principal característica son los muros de piedra de pizarra y las pinturas murales en el interior. Son de visita obligada las iglesias de Santa Coloma (Andorra la Vella), del siglo IX; Sant Climent de Pal (La Massana), del siglo XI; Sant Martí de la Cortinada (Ordino), del siglo XII; y Sant Miquel d’Engolasters (Escaldes-Engordany), del siglo XII. Los puentes románicos también merecen atención, como el de la Margineda (Andorra la Vella) o el dels Escalls (Escaldes-Engordany).
aislamiento y a la falta de conflictos en la historia del país, las construcciones se han conservado muy bien. Su principal característica son los muros de piedra de pizarra y las pinturas murales en el interior. Son de visita obligada las iglesias de Santa Coloma (Andorra la Vella), del siglo IX; Sant Climent de Pal (La Massana), del siglo XI; Sant Martí de la Cortinada (Ordino), del siglo XII; y Sant Miquel d’Engolasters (Escaldes-Engordany), del siglo XII. Los puentes románicos también merecen atención, como el de la Margineda (Andorra la Vella) o el dels Escalls (Escaldes-Engordany).
-COMER EN UNA BORDA:
Algunos de los signos de identidad andorrana están todavía presentes en las antiguas casas tradicionales de alta montaña denominadas “bordas”. Si bien, antiguamente servían para guardar el grano y ganado, en la actualidad muchas de ellas han sido transformadas y acondicionadas como restaurantes. Es una de las paradas obligadas en Andorra.
Las bordas se caracterizan por el hecho que cada una de ellas tiene su propia personalidad, un hecho que les confiere una identidad propia. Las setas, los embutidos típicos como la “donja”, la “secallona” o el “bisbe”; la ensalada de achicorias o la “bringuera” marinados con vinos de las mejores añadas son algunos de los productos que se pueden degustar en una borda durante el invierno. También se pueden saborear las mejores setas, las habas con chipirones, el “trinxat”, la carne a la brasa andorrana con denominación de origen, la trucha de río o el tradicional caldo “escudella”.
Las bordas se caracterizan por el hecho que cada una de ellas tiene su propia personalidad, un hecho que les confiere una identidad propia. Las setas, los embutidos típicos como la “donja”, la “secallona” o el “bisbe”; la ensalada de achicorias o la “bringuera” marinados con vinos de las mejores añadas son algunos de los productos que se pueden degustar en una borda durante el invierno. También se pueden saborear las mejores setas, las habas con chipirones, el “trinxat”, la carne a la brasa andorrana con denominación de origen, la trucha de río o el tradicional caldo “escudella”.
En la capital, Andorra la Vella, se encuentran algunas de las bordas de referencia, como la Borda Pairal 1630 o la Borda Estevet. De la primera destacan los caracoles a la “llauna”, la carne a la brasa, el cabrito lechón al horno, el filete de ternera del país con foie de pato, la pastelería casera y hasta 400 referencias de vinos y cavas. Por otro lado, las especialidades son la carne a la “llosa” y los “trinxats” condimentados con productos de temporada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario