viernes, 14 de agosto de 2009

RUTA POR LA SEVILLA DESCONOCIDA

Los principales lugares turísticos de Sevilla, son la Catedral y su Giralda, el Barrio de Santa Cruz, los Reales Alcázares con el Patio de Banderas, el Archivo General de Indias, la Torre del Oro y su Museo Naval, la Casa de Pilatos, el Parque de María Luisa (donde se incluyen la Plaza de España, el Costurero de la Reina, la Plaza de América con sus dos museos, el Arqueológico y el de Artes y Costumbres Populares), el Museo de Bellas Artes, el Parque de los Príncipes y la Real Maestranza de Sevilla.
Pero hay otros lugares desconocidos como los corrales de vecinos, una institución de origen árabe en las barriadas tradicionales de Sevilla.
Servían para organizar las viviendas en torno a un patio y una serie de instalaciones en común a salvo de intrusiones.
Aunque privados, aún se pueden observar algunos en el barrio de Triana a través de las cancelas que separan el mundo vecinal de la vía pública. Auténtico dije de la arquitectura popular, algunos han sido rehabilitados, como sucede con el de Las Flores (calle de Castilla, 16) o el de Herrera (Pages del Corro, 111).
Ambos tienen la forma de un corredor, con galerías de madera en torno a un patio a modo de adarve o callejón cerrado. Otro caso interesante es el del corral del Conde (Santiago, 14; casco histórico). Existente desde el siglo XVI, perteneció al conde-duque de Olivares y llegó a acoger a 4.000 personas.
La arquitectura religiosa es otra de las razones de la opulencia arquitectónica sevillana, llena de color y exuberancia, es el estilo regionalista de principios del siglo XX, plasmado en un gran número de edificios neomudéjares y neobarrocos.
El regionalismo primó ante todo la ornamentación, anteponiendo la plasticidad de las fachadas a la funcionalidad de la planta. Dos de sus máximos exponentes locales fueron Aníbal González, autor de la célebre plaza de España y responsable durante un tiempo de la Exposición Iberoamericana de 1929, así como Juan Talavera y Heredia. A Aníbal González debemos también el pabellón mudéjar del parque de María Luisa, todo un prodigio en el uso de la cerámica, el ladrillo y la arquitectura del agua. Juan Talavera, más práctico y menos reconocido en su tiempo que el anterior, levantó, sin embargo, un buen número de edificios singulares, atreviéndose incluso en su última etapa con el racionalismo, como lo demuestra el edificio de viviendas situado en Álvarez Quintero, 5. Obra suya es también el bonito mercado de Entradores, de la calle de Pastor y Landero, de corte neobarroco con visos funcionalistas. La sede de la compañía Telefónica, en la plaza Nueva, y el pabellón de Telefónica, en pleno parque de María Luisa, constan también entre sus logros.
Poco o nada conocido es el patio de la Antigua Casa de la Contratación, ubicado en la sede de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, en la plaza de la Contratación, s/n. Se trata de una joya de la arquitectura musulmana de época almohade (siglo XII) perfectamente conservada, que antiguamente perteneció al alcázar. El arquitecto sevillano Rafael Manzano comenzó a excavarlo en 1973 y le devolvió su aspecto original. Hoy, este íntimo espacio intramuros ofrece la morfología del clásico patio de crucero, estructurado en cuatro andenes que articulan los arriates repletos de vegetación, a un nivel inferior, de suerte que el paseante pueda contemplarlos en elevación disfrutando de sus flores al alcance de la vista. Cuatro albercas en forma de cruz, emulan los cuatro ríos del paraíso musulmán. A Sur y a Norte surgen dos hermosas fachadas porticadas con la clásica decoración en sebka, o panel, y una sucesión de arcos apuntados. Tras la época musulmana, el lugar se convirtió en la Casa de Contratación de Indias, creada en 1503 por los Reyes Católicos para gobernar el tráfico de bienes y personas provenientes de América. Hoy se puede visitar enviando un fax al 955 05 80 49, indicando la hora y el número de personas que acudirán.
El río Guadalquivir parte la ciudad en dos llenándola de frescor y voluptuosidad. Navegable a lo largo de cien kilómetros, de Sevilla a Sanlúcar de Barrameda, su caudal discurre por aquí limpio y generoso, permitiendo a los piragüistas deslizarse sobre sus aguas. Los paseantes cuentan con un amplísimo paseo que lo bordea a lo largo de varios kilómetros de andenes y vegetación. Para disfrutar del río y contemplar la notable sucesión de puentes singulares se puede tomar una embarcación en la estación marítima Torre del Oro, frente a la misma.
Entre los puentes que lo atraviesan, el más emblemático es el de Triana, construido a instancias de Isabel II en 1852, único en su género con su tipología de arcos metálicos y círculos de hierro en los tímpanos.
Le sigue cronológicamente el de San Telmo, datado en los pasados años treinta y uno de los primeros levantados en hormigón. Después vendrían los contemporáneos, entre los que sobresalen el del Quinto Centenario, inicialmente diseñado por José Antonio Fernández Ordóñez, con su impresionante altura de 45 metros para dejar pasar grandes embarcaciones, así como el del Alamillo, de Santiago Calatrava, que se apoya en un solo punto de cimentación, el del pilón, en un auténtico alarde tecnológico. Es también espectacular el de La Barqueta, diseñado por Juan José Arenas y Marcos Pantaleón, tal vez el menos costoso de la serie, aunque hermosamente resuelto.
El Parque del Alamillo, situado en la margen derecha del Guadalquivir, en la isla de la Cartuja, ocupa hoy unos parajes que aparecen citados por Cervantes y Lope de Vega como lugar
de asueto para los sevillanos. Después se convirtió en una finca privada y hoy es propiedad de la Junta de Andalucía, que lo ha convertido en un frondoso parque público de 47 hectáreas de extensión que se prevé ampliar hasta alcanzar las 80. Lo novedoso es su acertada combinación entre espacio ajardinado y ecosistema mediterráneo. Para ello se optó en 1992 por un proyecto con criterios paisajistas y una vegetación exclusivamente autóctona, sobre un relieve ondulado en el que cabe hasta un lago atestado de aves, con observatorio para escolares. A las encinas, pinos, alcornoques y acebuches de porte respetable, y al verdor producido por una cubierta de grama autóctona, se une el atractivo del mobiliario, que incluye bancos y fuentes de diseño audaz y resistente. Algunas zonas aparecen tupidas como un bosque mediterráneo, y otras, más despejadas, como una dehesa. Está dotado de toda clase de instalaciones de uso público, y en el recién restaurado Cortijo del Alamillo se ofrece una nutrida actividad educativa y medioambiental.
-COMO IR DESDE EL AEROPUERTO DE SEVILLA AL CENTRO:
El itinerario de autobús de Sevilla que une el aeropuerto con el Prado de San Sebastián, es el siguiente: Aeropuerto - Kansas City - Estación de Santa Justa - Luis de Morales - San Francisco Javier - Carlos V - Prado San Sebastián. El billete sencillo cuesta 2,30€ y la ida y vuelta 4€. Para consultar los horarios visitar su página web http://www.tussam.es/.
El trayecto en taxi entre el aeropuerto y el centro de Sevilla, es de unos 15 minutos, y tiene una tarifa fija de 20,70€ (de lunes a viernes, de 7 a 21 horas). Los sábados, domingos, festivos y los días de Feria de Abril, Semana Santa, y laborables 21 y 7 horas, la cantidad es de 23,08€.
-GASTRONOMÍA:
De la gastronomía andaluza destacan el gazpacho andaluz y el "pescao frito", un rico plato conseguido a base de freír un variado de pescado enharinado en bastante aceite de oliva. También forman parte de la gastronomía autóctona el cocido andaluz compuesto por garbanzos y "pringá" (distintos embutidos, carne y tocino), las espinacas con garbanzos, el rabo de toro, el menudo o callos, los huevos "a la flamenca", las "papas aliñás" (patatas cocidas aliñadas con distintos condimentos), los embutidos en general (chorizo, jamón, morcón...) o el queso, entre muchos otros. Entre las bebidas más típicas destaca el "tinto de verano" (vino tinto con gaseosa), la cerveza y, sobre todo en la feria, el rebujito (manzanilla con Sprite o Seven up). Al igual que en toda Andalucía, destacan las tapas: raciones de pequeño tamaño que permiten al comensal consumir distintos platos durante la comida. Su origen proviene de tapar la bebida (que solía ser vino) con una rodaja de chacina o loncha de jamón evitando que entraran insectos. Se pueden citar como más característicos los riñones de cordero o ternera al jerez, las gambas con gabardina, las tortillitas de camarones (camarones enharinados con cebolleta), las pavías de bacalao, la sangre de toro encebollada, los caracoles, las cabrillas que suelen acompañarse con aceitunas u olivas, alcaparras o altramuces. Entre los dulces típicos tradicionales sevillanos que forman parte de la repostería andaluza, destacan la torta de aceite, las tortas de polvorón, los pestiños, las torrijas, el alfajor y las yemas de San Leandro.




















































































































































































































































































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