Hace más de un siglo que los ángeles de piedra que velan las ánimas del antiguo Cementerio de Lloret de Mar están estáticos para dejarse admirar como si fuesen obras en un museo. Y es que la visita a este espacio, proyectado por Joaquim Artau a finales del siglo XIX, no es un paseo tétrico o lúgubre, si no todo lo contrario. Inaugurado el 2 de noviembre de 1901, el Cementerio Modernista de Lloret de Mar ofrece una interesante visión del arte funerario catalán de principios del siglo XX. Arquitectos y escultores de renombre como Josep Puig y Cadafalch, Vicenç Artigas, Antonio M. Gallissà, Bonaventura Conill, Eusebi Arnau o el escultor Ismael Smith fueron los encargados de plasmar en la piedra de los hipogeos, sepulcros y panteones (unas 37 joyas de la arquitectura modernista) esta voluntad de transcendir a la muerte. 
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