



El entorno natural más bonito, lo encontramos al hacer el Camino de Ronda a su paso por Platja d'Aro. Desde aquí nos dirigimos
andando hasta la localidad de Sant Antoni de Calonge. Son unos 5 kilómetros de senderismo fácil, pero debido a las lluvia hay tramos que son impracticables, así que nos obliga a subir a la carretera en algún
momento y retomar el camino en otro punto.


El punto de partida para hacer este tramo de Camino de Ronda, empieza en la Playa Rovira. Al final de esta entramos por un estrecho pasadizo de rocas conocido como el Xuclador y llegamos a la cala más bonita de todo el recorrido, la Cala Sa Cova. Luego atravesamos una galería de piedra a modo de túnel con ventanales que dan al mar.
El paso es realmente bonito y nos conduce a una nueva cala a la que descendemos por una empin
ada escalera. El sendero entre pinos discurre un tanto aéreo y nos va ofreciendo pequeñas calas a las que tenemos que descender para continuar.

Atrás dejamos la Punta dels Escuits, pequeño saliente de tierra al que le acompañan diminutos islotes rocosos, y avanzamos subiendo y bajando pequeñas escaleras. Bordeamos el islote de Balladona Grossa, y casi al momento llegamos a la Playa de Belladona.
Atravesamos un nuevo tramo para llegar al Cap Roig, que se alza impresionante cubierto de pinos en la parte más alta, dividiendo esta playa en un pequeñísima y bonita cala.
Al ascender de esta cala se encuentra la Torre Valentina, la que pasamos por debajo ya para terminar nuestra andadura en el Paseo Marítimo de Sant Antoni de Calonge.
Al atardecer nos dirigimos a S'Agaró, planificado a principios del siglo XX como urbanización para la burguesía de
la época y construido siguiendo patrones de estilo novecentista. Hoy en día es también Bien de Interés Cultural Nacional y acoge algunas de las edificaciones más espléndidas y lujosas de la zona.

Al día sig
uiente abandonamos el hotel y nos vamos a desayunar al pueblo de Calonge, donde el núcleo antiguo conserva buena parte del trazado medieval, que gira alrededor del Castillo y la Iglesia del siglo XVIII.

Después de la visita a Calonge nos dirigimos a Palamós, y coincidiendo con las Jornadas Gastronómicas de l'Escamarlà, nos dirigimos a comer el menú degustación del restaurante La Salinera. El menú, que tiene un precio de 32€, consta de una ensalada tibia de bolets, un
plato de cigalas de Palamós, unos calamares rellenos y un brownie de chocolate, acompañado de un vino blanco Marques de Riscal.

Al finalizar la comida damos un paseo por el casco antiguo, haciendo un recorrido por toda una serie de plazas emblemáticas, que al mismo tiempo son espléndidos miradores, co
mo la plaza Murada, que ofrece unas grandes vistas de la bahía, o la plaza del Pedró, desde la que se tiene una vista privilegiada del puerto deportivo. También son recomendables las visitas a las Iglesias de Santa María del Mar y Santa Eugènia de Vila-romà, aunque las encontramos cerradas.

Finalizamos el día con una visita a la Playa de Castell, donde destaca la Casa Puig Palau, y un poco más lejos contemplamos las casas de los antiguos pescadores de Cala Margarida.














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