-LA FIESTA TRADICIONAL DEL TORO EMBOLADO:
Es un espectáculo digno de ver en ple
na noche, donde el animal no sufre más que el cansancio de sus propias carreras. Ni siquiera las chispas de las bolas chamuscan su pelaje, puesto que, por lo común, se enloda su lomo con barro arcilloso, evitando quemaduras. Al final se sacrifica al bicho, pero no en la plaza, sino en el matadero o lugar habilitado para ello, y la carne se reparte en muchos lugares entre el vecindario o casas de caridad.
La fiesta del toro embolado es de origen ancestral. Según ciertas leyendas se remonta a las guerras púnicas en suelo hispano. El rey Orisón, rey de los ilictanos (Elche) y al
iado de los romanos, se enfrentó en batalla abierta a los cartagineses, a los que derrotó empleando toros con haces de paja impregnados de pez atados a los cuernos. Prendió fuego a los haces y las bestias, enfurecidas por el fuego que ardía sobre sus cabezas, embistieron a cuanto le salía al paso, poniendo en fuga a los púnicos. Bien, es una leyenda, pero no hay que olvidar que Teruel, la tierra de los turboletas, era también tierra de toros, de donde deriva su nombre, y, con toda probabilidad, origen de los toros callejeros, los cuales, como sus gentes, bajaron hacia el mar, siguiendo el curso de sus ríos. Hoy es una fiesta, tan tradicional y sólidamente arraigada en la mencionada confluencia de los tres antiguos reinos de la corona de Aragón, que no creo que haya autoridad, del nivel que sea, que
se atreva a suprimirla. No pudo conseguirlo en los tiempos duros del franquismo (allá por los años cuarenta), un gobernador civil de Castellón, militar de ordeno y mando.
Es un espectáculo digno de ver en ple
La fiesta del toro embolado es de origen ancestral. Según ciertas leyendas se remonta a las guerras púnicas en suelo hispano. El rey Orisón, rey de los ilictanos (Elche) y al

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