lunes, 21 de agosto de 2006

EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE OCURI EN UBRIQUE

El recorrido por los rincones con historia, comienza en la fuente de los Nueve Caños, de origen árabe y antiguo lavadero, punto de encuentro de las mujeres de la villa. La abundancia de fuentes en Ubrique es la representación más evidente de la importancia del agua en su historia. No sólo ha sido un recurso natural esencial, sino el fundamento de su asentamiento y de la actual industria de la piel.
Los amantes de los pequeños detalles, descubriran sus calles estrechas y sinuosas, blancas de cal y alegres de geranios. Es un paseo distendido que nos ofrece la posibilidad de recuperar las huellas de sus orígenes, un magnetismo de historia que nos transporta a la reconquista cristiana de la zona. Al cruzar la calle Sanjurjo, conocida popularmente como la Torre, es imprescindible visitar el San Antonio, un templo del siglo XVI cuya espadaña es el emblema representativo de los ubriqueños.
Esta iglesia encierra un mirador natural que domina todo el entorno, contraste entre lo majestuoso y sencillo, desde donde además de casi poder alcanzar el campanario, se percibe el mejor ejemplo de arquitectura serrana, curioso mosaico de ventanas floreadas, fachadas blancas y tejas árabes.
En una de las casas sobresale un peñón natural que desborda la calle, queriendo entrecortar el paso de los caminantes, le llaman de la Becerra y es el punto más conmovedor de Ubrique y fuente de inspiración de pintores y artistas. En esta localidad estos creadores son numerosos, porque este lugar tradicional es un estímulo para el ingenio, la espontaneidad y el talento.
Ubrique posee el yacimiento arqueológico romano de Ocuri, situado a 1 Km del pueblo en la Carretera de Ubrique a Benaocaz.
Data de los siglos I-II d.C y está perfectamente adaptado para la visita, siendo uno de los mejores conservados de toda Andalucía.
Este yacimiento arqueológico está emplazado en un cerro de composición caliza, en cuya cúspide existe una serie de llanos que constituirían el solar de los distintos asentamientos. Hay que destacar un monumento funerario de tipo columbario del que existen muy pocos paralelos en la Península Ibérica.
Una vez que se cruza la muralla de tipo ciclópea que delimita la ciudad,
se accede a su interior, donde aparecen restos de muros, viviendas, construcciones públicas, cisternas, conducciones de agua, termas, así como un recinto amplio rodeado de restos constructivos que podrían identificarlo como el foro de la ciudad.

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